Antes del tratamiento de heridas, el paciente será evaluado por un profesional médico especializado en cirugía general, cirugía plástica, dermatología u otra especialidad relevante para determinar el mejor enfoque de tratamiento. Durante la evaluación, se revisará el tipo de herida, su ubicación, tamaño y gravedad, así como cualquier condición médica subyacente que pueda afectar la cicatrización.
El procedimiento específico para el tratamiento de heridas variará según las necesidades individuales del paciente y la naturaleza de la herida. En muchos casos, el primer paso es limpiar y desbridar la herida para eliminar tejido muerto, escombros y posibles contaminantes. Luego, se puede realizar el cierre de la herida utilizando suturas, grapas, adhesivos tisulares o injertos de piel según sea necesario. Se pueden utilizar apósitos especializados, terapia de presión negativa u otros dispositivos para promover la cicatrización adecuada y prevenir complicaciones.