Antes de la cirugía, el paciente tendrá una consulta con el cirujano plástico para evaluar su estado de salud, discutir sus objetivos y expectativas, y desarrollar un plan quirúrgico personalizado. Se le indicará realizar ciertos exámenes preoperatorios y seguir recomendaciones específicas, como dejar de fumar y evitar medicamentos anticoagulantes antes de la operación. El día de la cirugía, se administrará anestesia general. El procedimiento comienza con incisiones que generalmente se colocan en áreas discretas para minimizar las cicatrices visibles. Las incisiones pueden variar en longitud y ubicación dependiendo de la cantidad de piel y grasa a eliminar y de la técnica utilizada. Comúnmente, las incisiones se colocan en la parte interna del muslo desde la ingle hasta la rodilla o en el pliegue de la ingle. A través de estas incisiones, el cirujano eliminará el exceso de piel y grasa y tensará los tejidos subyacentes. Una vez que se ha logrado la forma deseada, las incisiones se cierran con suturas, y se aplicarán vendajes y una prenda de compresión para reducir la hinchazón y sostener la nueva forma del muslo durante la recuperación.